miércoles, 29 de junio de 2011

FUENGIROLA DESDE LA ANTIGUEDAD HASTA LA CONQUISTA MUSULMANA.

FUENGIROLA DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA CONQUISTA MUSULMANA.



En el actual término municipal de Fuengirola perduran, todavía, vestigios de antiguas civilizaciones. Las faldas del cerro donde se alza el Castillo árabe, custodian los restos de un poblamiento íbero-púnico, en su origen, y romano posteriormente. Se trata de la ciudad de SUEL, nombrada por Mela, Plinio y Ptolomeo. El "Itinerario" de Antonino la ubicaba en el camino de MALACA a GADES, a occidente de la primera.

Aunque oficialmente no se ha efectuado una excavación completa, no obstante han aparecido algunas piezas de considerable valor arqueológico en las cercanías del Castillo. Quizás la de mayor interés sea, hasta el momento, el pedestal de una estatua con una inscripción, publicada por Bernardo Alderete en 1606, cuyo texto menciona a SUEL como Municipio romano. Otro documento epigráfico, procedente de la misma zona, es un "ARA" funeraria, cuya leyenda contiene el gentilicio "SUELITANA".

Entre los vestigios arqueológicos, que confirman la huella de un poblamiento romano en el litoral fuengiroleño, destacan los restos de las "Termas" de Torreblanca y la "Villa" romana de la "Finca del Secretario" (de donde procede la "Venus" de Fuengirola). Los restos de pilas salsáreas que afloran por todos los lugares arqueológicos mencionados, confirman la dedicación de esta población a la industria pesquera.

Según apuntan algunos historiadores, la ciudad de SUEL dejó de mencionarse en los albores del Medievo. Como posibles causas de este declive se indican: la destrucción por un maremoto; la emigración de sus vecinos a Mijas, al reaparecer el bandidaje en el mar; o la caída bajo la horda visigoda.


Tras un lapso desprovisto de información, este paraje cambió de nombre, apareciendo la alteración del topónimo "SUEL" por el de SUHAYL. Así se denominó durante la dominación árabe el Castillo, el río y la zona adyacente.

En el período musulmán, poseía SUHAYL un término bastante extenso, bien cultivado y animado por muchas haciendas y villarejos. La mayor parte del distrito se utilizaba como pastizal para los camellos reales. También era abundante la pesca en este litoral. Varios autores mencionan a SUHAYL como "iqlin", "distrito" o "alfoz".

Temboury cita a SUHAYL como una culta y pulcra villa que acunó a ilustres escritores. El más conocido es el poeta AS-SUHAYLÍ, quien dedicó algunos versos a su patria chica, expresando en ellos su consternación, al contemplar la destrucción del lugar donde había nacido. La población fue incendiada y su vecindario huyó a Mijas. 

Con tan calamitosa situación, SUHAYL quedó reducida a un mísero caserío. Fue por entonces cuando sufrió un cambio en su denominación, reemplazada por la romanización de Font-jirola; según Alonso de Palencia, por la fuente que brotaba al pie del Castillo.
Al ser conquistada por las tropas cristianas (en 1485), sólo existía la fortaleza.

FINCA DEL SECRETARIO.

Descripción: situado junto al arroyo de Pajares, próximo al mar, se trata de un conjunto arqueológico de gran valor compuesto por una factoría de salazón, un alfar, almacenes y un área termal pertenecientes a una villa Bajo Imperial suburbana ligada a la ciudad romana de Suel, cuyo periodo de ocupación principal se extiende desde el siglo II hasta el siglo IV o V d.C.

Factoría de salazón: incluye dos grandes habitaciones, una extensa nave identificada como almacén y ocho piletas.

Alfar: incluye cinco hornos, dedicados principalmente a la elaboración de ánforas vinarias y salsarias, entre los que destacan tres de tamaño medio que presentan planta circular y pilar central.

Edificio Termal: se extiende sobre una superficie de más de 500 m2 en la zona más baja del yacimiento, hecho que posibilitaría un fácil suministro de agua aprovechando el declive natural del terreno (el agua vendría canalizada desde algún manantial próximo o desde el Arroyo Pajares) y muy próximo a la antigua línea costera, circunstancia que permitiría una evacuación directa de las aguas residuales al mar. Perfectamente adaptado al terreno a partir de un suave escalonamiento de sus dependencias se articula, básicamente, entorno a dos zonas intercomunicadas: el área fría y el área calefactada. El área fría gira alrededor de un patio porticado, realzado con doce columnas y pavimentado con un mosaico polícromo de decoración geométrica. A su alrededor se distribuyen cinco ámbitos: una habitación flanqueada por dos fontanas de planta absidal en el lado norte, una sala rectangular y una piscina de agua fría en el lado este y una piscina y una posible letrina en el lado sur. El área calefactada, a la que se accedía a través de un vano abierto en el muro oeste del patio, incluye cuatro salas y dos hornos. Desde la primera sala, de planta rectangular con cabecera absidal y provista de hipocausto, se accedía a una nueva sala, en este caso cuadrangular, en la que se sitúa una piscina circular de 4,5 m de diámetro (con cuatro accesos asiento que coinciden con los ángulos de la sala). La siguiente sala, de planta rectangular y provista de hipocausto, comunicaba a la primera con una sala que incluye dos bañeras.











CASTILLO SOHAIL.

El castillo de Sohail se alza sobre un cerro junto al mar a 38 metros de altura y en plena desembocadura del río Fuengirola, en el término municipal de Fuengirola, provincia de Málaga.

La zona pertenece a la Costa del Sol y es de gran interés turístico, por lo que su comunicación es fluida, pasando cerca la carretera nacional.

Historia

Las condiciones geográficas del cerro sobre el que se asienta el castillo de Sohail permitieron desde época antigua su continuo poblamiento por fenicios, púnicos, romanos, musulmanes y cristianos, pero la construcción que hoy podemos ver es una alcazaba árabe data de los primeros tiempos de la invasión de la península ibérica, y fue levantada sobre una fortaleza romana anterior. La mayor parte de lo que hoy puede contemplarse es de la época del califa Abderraman III.

En 1485 fue conquistado por los cristianos en plena ofensiva contra el reino nazarí de Granada, comenzando una importante adaptación de su arquitectura.

En 1513 se crea el Título Señorial de La Fuengirola y se otorga a Bartolomé de Briones (Aposentador de Juana I de Castilla), Confirmado en 1525 en Sancho de Briones (Aposentador del emperador Carlos I ), hijo del anterior.

En 1530 Sancho de Briones vende la Real Cédula (Título) al Capitán Juan de Pacheco Vallejo I (Villasevil, c.1490 - c.1560). Juan fue además Alcaide de la Fortaleza El título señorial es sobre 19 casas planificadas dentro del Castillo y tierras vinculadas aledañas. Hasta 1870 se sucede sin interrupción el título señorial en los descendientes del Capitán Juan de Pacheco Vallejo I.

En 1548 se instituye el Mayorazgo de Pacheco que incluye el Señorío sobre La Fuengirola y Hacienda Pacheco (Ubicada a caballo entre los actuales términos de Mijas y Fuengirola).

En 1581 se incorpora el Señorío sobre la Villa de Casares al Mayorazgo.

en 1628 se inicia un pleito sobre la propiedad de las 19 casas, este pleito se mantiene abierto hasta finales del siglo XVII, sin sentencia. En 1789 se rehabilita el pleito, que al igual que el anterior no se concluye hasta mediados del siglo XIX, cuando legalmente desaparecen los títulos señoriales y se aprecia la imposibilidad de solucionar el problema de fondo: El incumplimiento por parte de la Corona de un acuerdo sobre arrendamientos impagados por la Corona a la familia propietaria desde 1628.

Descripción

El recinto tiene planta poligonal con torres altas y estrechas en sus esquinas. El edificio poseía varios accesos, siendo el más significativo una puerta, con aspecto de torre, para acceder al interior del mismo. Antes de llegar a esta puerta, hay que subir una pequeña rampa.

Existen varias torres altas y estrechas, situadas en los ángulos pero no hay ninguna que posea las características propias de una torre del homenaje. Sin embargo, existe una torre que se sitúa en el centro del edificio y que alcanza una mayor altura. Otra de las torres destaca por sus almenas, construidas en una etapa más reciente.

La puerta-torre presenta como característica principal su estructura defensiva. Se accede a ella tras superar una rampa que dificulta la llegada al edifico. Esta puerta es la que está dotada de múltiples elementos defensivos y es la de mayor tamaño. El edificio tuvo diferentes accesos pero esta se fecha en el siglo XVI.

Materiales

Esta fortaleza malagueña se levantó en piedra pero con diversos sistemas constructivos, debido a la multitud de moradores que ocuparon sus estancias. Se utilizó la mampostería con hiladas de ladrillo, material muy usado por los árabes. También se utilizó el tapial y la sillería para reforzar algunas partes del edificio.








FINCA DE ACEBEDO

El yacimiento se localiza en una pequeña elevación cerca de la desembocadura del río Fuengirola (Figura 1), en una zona que en la actualidad está ocupada por las instalaciones del cementerio municipal de Fuengirola. Se trata de una villa romana de la que tenemos una información muy limitada, por cuanto en este lugar se han emprendido varias excavaciones arqueológicas de urgencia a lo largo de 1990 y 1991 que aún no han sido publicadas.

Estas intervenciones evidenciaron la existencia de dos fases distintas de ocupación (Rodríguez, Loza, 1990; Rodríguez et alii, 1991; Corrales, 2001: 350-351). La primera corresponde a la pars urbana, en concreto al sector de unas termas que deben fecharse en el siglo II d. C. y de las que se conservaban numerosos restos de muros, una pequeña parte de un mosaico, pavimentos de opus signinum y un suelo de opus spicatum, además de un canal y varios pilares de suspensión. Una segunda fase estaría representada por varias habitaciones situadas al sur de estas instalaciones termales, de las que resulta difícil determinar si pertenecen a la llamada pars rustica, área de residencia del personal que trabajaba en la villa, establos y almacenaje de aperos, etc., o bien a la pars frumentaria, zona destinada a las actividades productivas propias del lugar. Algunas de ellas tienen dimensiones muy pequeñas, poco más de un metro de longitud en sus lados, lo que ha facilitado que se les atribuya el papel de almacenes. Otras dependencias próximas, algo mayores que las anteriores facilitaron elementos de vidrio, agujas de hueso y fragmentos de mármol blanco.

El carácter funerario del epígrafe altoimperial de Aemilia Aemiliana Suelitana, procedente de este yacimiento, nos habla de la existencia de una necrópolis en sus inmediaciones, algo que ha podido ser confirmado en el frontal de un talud donde llegaron a apreciarse hasta siete sepulturas (Corrales, 2001: 351), muy posiblemente de inhumación, que conformarían una pequeña zona de enterramientos ocupada por los habitantes de la villa. 

En consecuencia, la villa de Acevedo, que pudo estar ubicada sobre un enclave anterior de origen semita, muestra una amplia ocupación temporal muy mal definida en algunas de sus fases. Del mismo modo, nos consta su perduración a lo largo de la Edad Media, posiblemente como alquería rural, siendo el período romano el mejor documentado, el cual nos informa de una ocupación que abarca desde el siglo I al IV/V d. C., aun cuando resulte que la centuria a la que pertenecen las monedas objeto de este estudio, como es el siglo III, sólo se encuentra representado por unos cuantos materiales descontextualizados, lo que nos impide conocer qué sucedió durante esos años en este yacimiento.

























  
TERMAS DE TORREBLANCA.

El yacimiento arqueológico denominado termas romanas de Torreblanca.

Aunque se constata la existencia del sitio desde la primera mitad del siglo XX, no será hasta 1983 cuando se lleve a cabo su excavación sistemática y se procede, en este momento, al registro de su secuencia. La primera ocupación se remonta al siglo I d. C. con la presencia de cerámicas de dicha época. No obstante, las estructuras se adscriben a la primera mitad del siglo II d. C. y pertenecen a unos balnea romanos.

Estas termas tienen un núcleo de dos habitaciones octogonales comunicadas entre sí, e interpretadas la primera como caldarium, que se encuentra asociado a dos praefurnia y una pequeña sala, posiblemente un sudatorium o laconicum, mientras que la segunda de estas estancias se corresponde con el tepidarium, en el que se ha podido documentar una piscina central. Desde esta última sala se accede al frigidarium, que a diferencia del resto, es de planta cuadrada.

Estos balnea estarían asociados a una villa, cuyo único testimonio son estos baños y el área de producción. Probablemente a esta villa pertenecería la estatua-fuente que representa la personificación de un río, aparecido en esta zona y elaborado en mármol de Mijas en un taller de la región en el siglo II d. C.

A mediados del siglo III d. C., se amortiza este edificio termal y se adecua como una pequeña factoría de salazones de pescado que se mantendrá en funcionamiento hasta fines del siglo IV d. C., aunque para algunos investigadores el origen de la factoría se podría retrotraer a fechas anteriores. A la elaboración de salazones se suma la constatación en este lugar de producción de púrpura como actividad complementaria a la producción habitual.

Posteriormente se reutilizó el lugar como necrópolis, de la que se conocen más de treinta tumbas fechadas en los siglos V y VI. La posterior utilización como necrópolis no es un fenómeno aislado, sino que se repite la misma secuencia en yacimientos de la zona, hecho que puede relacionarse con diferentes situaciones, tales como períodos de agitaciones políticas o crisis de rutas comerciales. Tradicionalmente se ha asociado a esta necrópolis una inscripción aparecida en la zona que hace alusión a una iglesia cercana.





TODOS LOS YACIMIENTOS HAN SIDO DOCUMENTADOS TANTO BIBLIOGRAFICAMENTE COMO A NIVEL DE CAMPO.
LAS FOTOGRAFIAS PERTENECEN AL ARCHIVO FOTOGRAFICO DE JUAN CORTES Y LOPEZ.

sábado, 25 de junio de 2011

CASTILLO DE COTE.(PROVINCIA DE SEVILLA)

La villa de Cotte fue conseguida por Fernando III en el año 1240 mediante un pacto con sus habitantes. El sobrecogedor castillo gótico de Cote fue construido a finales del siglo XIII por orden de Alfonso X, y entregado en 1297 a la orden militar de Alcántara junto con Morón, lo que supuso la creación de una encomienda en la zona. Probablemente la cerca superior o castillo ya existía antes, aunque debió ser reforzada y recrecida después de la revuelta mudéjar de los años 1264-1266.

El castillo de Cote formaba una línea de fortificaciones de la llamada Banda Morisca con las torres de Lopera y el Bollo y con los castillos de Morón, Aguzaderas y el de El Coronil.

Cote viene del latín Acutu, por la forma aguda del monte sobre el que se asienta.

El conjunto fortificado de Cote consta de dos recintos amurallados concéntricos. El exterior, a 300 metros aproximadamente de altitud, delimitaba la villa medieval, y el exterior, en cotas superiores, protegía el castillo.

Tanto en el recinto del castillo, como de la villa se detectan vestigios de hábitat, viviendas y abundante material arqueológico, especialmente cerámica.

La torre se alza sobre la meseta superior, sensiblemente horizontal, aunque con pendiente que permite la aproximación y acceso, y está rodeada por una muralla irregular de mayor potencia que la muralla de la villa, pudiendo conocerse su geometría y construcción por los restos que aún perduran aunque en estado avanzado de deterioro, y que sirven contención del terreno de la meseta.

La torre-capilla ha sido catalogada como torre tetrabsidal, siendo única en la arquitectura de la península ibérica. Su planta es cuadrilobulada, un cuadrado central al que se le han adosados cuatro ábsides. El espacio central está cubierto por una bóveda de crucería de aristas ocultas por arcos cruceros. Los ábsides están también cubiertos por medias bóvedas de características similares, en las que las dovelas de los arcos cruceros han sido labradas con nervaduras. El terreno queda nivelado por un zócalo con acabado de mampostería en el lado sur sobre el que se eleva el trazado de la torre.

El acceso se realiza entre los ábsides norte y este, estando la entrada acodada para proteger el interior, que sólo es perceptible en su totalidad una vez se ha avanzado prácticamente hasta el interior del edificio. El ábside oriental se distingue de los otros tres tanto por la presencia de la entrada que cubre una bóveda de medio punto de sillares labrados, como por desdoblarse para esconder entre sus hojas la escalera que permite ascender a la cubierta de la torre.

En interior de la torre destaca por su sobriedad, y está iluminado por cuatro ventanucos, uno en cada ábside, e indirectamente por el propio hueco de la entrada, contrastando su ornamentación de impostas y nervaduras con la potencia constructiva de su volumen percibido exteriormente.

domingo, 19 de junio de 2011

EL METRO DE MALAGA SE RETRASA UN AÑO POR LA APARICION DE RESTOS ARQUEOLOGICOS.

Las obras del metro tardarán un año más en llegar al Centro. Por lo menos hasta verano de 2012, que será cuando comience el desvío de las canalizaciones, un trabajo previo a la construcción del túnel que obligará a cortar el tráfico en el lateral norte de la Alameda Principal.

Este retraso en el comienzo de los trabajos, de un año, está justificado por la aparición de importantes restos arqueológicos que no estaban previstos en el tramo entre la Estación de Renfe y el río Guadalmedina. En concreto es junto a la glorieta de Albert Camus, donde se ha sacado a la luz un importante trozo de la antigua ciudad nazarí, con un dibujo en buen estado del trazado de las calles, las viviendas y la red de saneamiento y abastecimiento de agua.

El responsable del proyecto de la Junta para el metro en Málaga, Enrique Salvo Tierra, explicó que «merece la pena dedicar tiempo a recuperar la historia de la ciudad» debido a la importancia de los hallazgos, que están siendo estudiados en la actualidad.

El yacimiento muestra una amplia zona edificada de la época nazarí, que descubren el notable desarrollo urbano de la zona de El Perchel y enlaza con los restos ya estudiados en Callejones del Perchel. Como hecho peculiar, destaca la compleja red de saneamiento y abastecimiento de agua, que conecta cada una de las viviendas con canalizaciones separadas y en buen estado de conservación.

Este descubrimiento ha ralentizado los trabajos de construcción del túnel del metro en el enlace desde la avenida de la Aurora al trazado que irá bajo la avenida de Andalucía, que todavía no se ha iniciado. Salvo Tierra recordó que están a la espera del informe arqueológico para determinar el comienzo de los trabajos en la avenida de Andalucía.

Verano de 2012


Este retraso afecta directamente al comienzo de los trabajos de construcción del túnel en la Alameda, que iba a comenzar con los trabajos previos a lo largo de este verano. Finalmente lo hará dentro de un año, en el verano de 2012 con el desvío de las canalizaciones. Antes, se tendrá que haber terminado el túnel en el tramo de la avenida de Andalucía entre el cauce del Guadalmedina y donde se colocó la fuente de las Gitanillas. «El compromiso es no empezar a trabajar en el Centro hasta que no se reurbanice la avenida de Andalucía», recordó Enrique Salvo Tierra, quien mostró su confianza en que este retraso no afecte a la fecha de apertura de todos los tramos del metro hasta La Malagueta, que deben estar en servicio para finales de 2014.

De hecho, el responsable del proyecto del metro afirmó que no espera encontrar más restos arqueológicos que retrasen la obra en el tramo entre el Guadalmedina y La Malagueta. «Son terrenos de relleno y es difícil que se encuentre algo que no esté previsto», insistió Salvo Tierra.

Sobre el cumplimiento de los plazos, Enrique Salvo mostró su confianza en que puedan trabajar a la vez en varios tramos, lo que permitiría acelerar el final de la construcción del túnel y cumplir con el final del metro para finales de 2014.

La construcción de este último tramo del túnel del metro, a priori, no debe presentar más problemas técnicos que la variedad de métodos constructivos a utilizar para la construcción de los muros-pantalla, por la diferencias de terrenos existentes entre el cauce del Guadalmedina, la Alameda y el Parque, y las estribaciones del Gibralfaro, de una roca de una gran dureza que exigirá el uso de una fresadora para excavar las pantallas.

Como hito de ingeniería, este tramo exige desmontar parte del puente de Tetuán, en concreto todo el lateral norte, lo que obligará a concentrar el tráfico por los viales situados en la parte sur.

Esta intervención es necesaria para que las pantalladoras puedan trabajar en el cauce del Guadalmedina para construir los muros pantallas que delimitarán el túnel del metro. No obstante, también provocará un cuello de botella para el tráfico, de ahí la exigencia de que la avenida de Andalucía haya vuelto a su uso habitual antes de cruzar el río con la construcción del suburbano.

Abrir parte de Callejones

El retraso en el tramo entre la Estación de Renfe y el Guadalmedina se va a localizar a sólo una parte de los 800 metros de tajo de obra, ya que la Oficina del Metro ha continuado los trabajos en la primera parte del tramo, en concreto entre la estación y la calle Malpica.

Enrique Salvo Tierra subrayó que se abrirá «como muy tarde el 15 de septiembre» la parte de Callejones del Perchel que llega a la calle Malpica, habilitando además más de un centenar de aparcamientos en superficie para los vecinos y clientes de los comercios de la zona, como el mercado del Carmen.

miércoles, 15 de junio de 2011

EL CERRO DEL VILLAR. (MALAGA). ASENTAMIENTO FENICIO.

El yacimiento del “Cerro del Villar” fue uno de los centros coloniales fenicios más importantes del litoral andaluz. Su fundación tuvo lugar a mediados del siglo VIII a. C., y debido a las inundaciones que sufría, fue abandonado hacia el año 570, trasladándose su población a la bahía de Málaga, donde fundaron “Malaka”, término del que deriva el actual “Málaga”.

Este yacimiento, que fue declarado Bien de Interés Cultural según decreto de la Junta de Andalucía de 1998, fue descubierto en 1965 por el arqueólogo malagueño Juan Manuel Muñoz Gambero, y es uno de los asentamientos más destacados de la cuenca mediterránea.

Este yacimiento es la primera ocupación de los fenicios en la costa occidental malagueña. Está situado muy cerca de la capital de Málaga, a unos 8 kms. aproximadamente, pudiendo considerarse el germen de la “Fundación de Malaka”.

Cronología
El pueblo fenicio se asentó en la desembocadura del Guadalhorce en el siglo VIII, durando su ocupación hasta comienzos del siglo VI a. C. Su abandono vino motivado por las devastadoras inundaciones derivadas tanto de su carácter insular y de una ubicación cercana a un cauce fluvial como de la progresiva colmatación aluvial del primitivo estuario, consecuencia de una explotación forestal, dirigida al abastecimiento de madera para la construcción naval y de su uso como material de combustión en los hornos alfareros.

Según indican los estudiosos, en el siglo V a.C. volverá a ser de nuevo ocupado para desarrollar actividades económicas, como la producción cerámica, pero no volverá a conocer un asentamiento estable de población.

Recursos económicos
El “Cerro del Villar” gozaba de unas condiciones estratégicas que lo convertían en un punto vital dentro de las rutas comerciales marítimas de la civilización fenicia. Además, este asentamiento se encontraba ubicado en la desembocadura del Guadalhorce, excepcional vía de comunicación terrestre con los poblados indígenas situados en el entorno cercano y con comunidades ubicadas en zonas más distantes, como pueden ser las comarcas de Ronda y Antequera o áreas del interior de Andalucía, como la vega granadina y el Valle del Guadalquivir.

La zona del curso bajo del Guadalhorce brindaba unas condiciones óptimas para la práctica de una agricultura intensiva de regadío, propiciada por la abundancia de agua y la fertilidad de los limos acumulados. Los principales cultivos eran los cereales, como la cebada y el trigo, la vid y el olivo.
Estas condiciones óptimas para la producción agrícola benefició el nacimiento de una producción excedentaria que se comercializaría.

Las posibilidades agrícolas de la zona se complementaban con la práctica de otras actividades como la pesca y el marisqueo, y la explotación ganadera.

Producción de cerámica
La producción cerámica en el “Cerro del Villar” ocupó un lugar prioritario como demuestra la existencia de un taller de alfarería de principios del siglo VI a. C.: un gran edificio rectangular de unos 13 metros de longitud, y con una división bipartita y uso de su zona exterior.
Esta actividad contaba además con una abundancia de materia prima para su elaboración: las arcillas terciarias del valle del Guadalhorce y riqueza de agua.

Las piezas cerámicas más producidas eran las ánforas y los pithoi, recipientes de gran tamaño que tenían función de almacenaje de distintos productos destinados al comercio marítimo, como los cereales, el vino y aceite. Este aspecto pone de manifiesto el peso que tuvo la actividad comercial en esta ciudad fenicia.

Urbanismo
Las campañas arqueológicas ejecutadas en el yacimiento del “Cerro del Villar” han puesto de manifiesto la existencia de distintas viviendas, entre las que sobresale la planta completa de una casa de grandes proporciones de perímetro rectangular de finales del siglo VII a. C.
Las viviendas se construyeron sobre bases de piedra y muros de adobe, y se dividían en habitaciones de base rectangular organizadas en torno a un patio central.

Otro elemento característico del urbanismo del asentamiento del “Cerro del Villar” es la existencia en su zona central de una vía de unos 5 metros de ancho que poseyó un carácter comercial, como apunta la aparición en sus laterales de habitáculos cubiertos y abiertos a dicha calle, que responden a establecimientos dedicados al intercambio de productos y mercancías.
También hay constancia de una necrópolis de incineración, conocida como Cortijo de Montañez, datada en el siglo VI a. C., que situaría en los terrenos donde actualmente se encuentra el Polígono Industrial Villarrosa.

Relación con la población indígena
La consolidación de un asentamiento fenicio tenía en unas relaciones cordiales y fluidas con la población autóctona un pilar de primer orden, principalmente con la clase dirigente, que permitía el aprovechamiento de los recursos económicos de la zona. Por tanto, la élite indígena conoció un afianzamiento dentro de la estructura social autóctona, siendo usuales los intercambios de regalos de lujo, como la orfebrería de oro.

Los intercambios comerciales fueron la base de las relaciones con los asentamientos indígenas, generando una reactivación de la economía de la zona colonizada, teniendo en los metales y los productos agrícolas los elementos más demandados. Por su parte, los fenicios nutrirían estos intercambios con vino, aceite, púrpura y productos de pesca, como la salsa garum.
Otros ámbitos que conocieron modificaciones fruto de la instalación del pueblo fenicio fue la producción cerámica, debido a la introducción del torno de alfarero, la adopción de nuevos elementos decorativos y aumentando además la variedad tipológica, y el trabajo metalúrgico con la adopción de nuevas técnicas, como el tratamiento del bronce en hueco.

Una de las principales aportaciones de la civilización fenicia fue su sistema de escritura, considerado el “padre” de los alfabetos. Era un sistema de escritura consonántico y estuvo en vigor desde el siglo XI a.C. al siglo III d.C., siendo el sentido de la escritura de derecha a izquierda.
Todo contacto entre pueblos genera un proceso de intercambio cultural mutuo. Está interacción se hace más sólida cuando el grado de consolidación de la población colonizadora se va afianzando, dando lugar a una simbiosis de elementos, como manifiesta, por ejemplo, que en piezas cerámicas se entremezclen motivos decorativos autóctonos y del Mediterráneo Oriental, punto del que procedía el pueblo fenicio.