domingo, 15 de mayo de 2011

CIUDAD MAYA PERDIDA POR SIGLOS EN LA SELVA.

Oculta durante siglos, la antigua ciudad maya de Holtun, o Cabeza de Piedra, finalmente está siendo enfocada. El mapeo tridimensional ha “borrado” siglos de crecimiento de la selva, revelando los burdos contornos de casi cien edificios, según una investigación presentada a principios de este mes. 

 Aunque desde hace mucho los locales han sabido que algo -algo grande- está enterrado en esa franja de selva tropical guatemalteca, apenas ahora los arqueólogos han podido empezar a tantear exactamente qué era Cabeza de Piedra.

Utilizando GPS y tecnología de medición electrónica de distancias, los investigadores trazaron el año pasado la ubicación y elevación de una pirámide de siete pisos, un observatorio astronómico, una cancha para ceremonias de pelota, siete residencias de piedra y otras estructuras.


¿La Denver maya?

Algunas de las casas de piedra, dice Brigitte Kovacevich, directora del estudio, pudieron haber fungido también como cámaras de entierro para los primeros reyes de la ciudad: “Frecuentemente, los arqueólogos buscan las tumbas de los primeros reyes en las pirámides o templos más grandes, pero durante este periodo Preclásico Tardío-Intermedio” -aproximadamente entre 600 y 300 aC- “el rey todavía no es el centro del Universo, por lo que probablemente todavía es sepultado en la casa”, señala Kovacevich, arqueóloga de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas.


“Tal vez por eso muchos reyes preclásicos no han sido encontrados” por los arqueólogos, quienes esperan hallar la tumba de los gobernantes en templos grandiosos, destaca.


Los descubrimientos en Cabeza de Piedra -llamada así por las gigantescas máscaras encontradas en el sitio- podrían iluminar la organización de los centros “secundarios” mayas y cómo era la vida diaria para los mayas que vivían afuera de las áreas metropolitanas más grandes como Tikal, aproximadamente 35 kilómetros al norte, según Kathryn Reese-Taylor, especialista en el periodo preclásico maya de la Universidad de Calgary, Canadá.


Cabeza de Piedra, que nunca ha sido excavada, “no era un Nueva York o Los Angeles, pero definitivamente era un Denver o Atlanta”, considera Reese-Taylor, para quien el nuevo estudio de mapeo es “increíblemente importante”.


Pirámide enterrada

Entre 600 aC y 900 dC, Cabeza de Piedra -de un kilómetro de largo y medio kilómetro de ancho- fue un próspero centro maya mediano, con aproximadamente 2.000 residentes permanentes. Pero actualmente, sus estructuras están sepultadas bajo decenas de centímetros de tierra y vegetación y casi son invisibles para el ojo inexperto.


Incluso la pirámide de tres picos de Cabeza de Piedra -que alguna vez fuera uno de los edificios más impresionantes de la ciudad- “simplemente se ve como una montaña cubierta de selva”, dice Kovacevich, quien presentó los descubrimientos durante una reunión de la Sociedad de Arqueología Estadounidense, en Sacramento, California.


Selva tan profusa como los ladrones


Cabeza de Piedra está tan bien escondida, de hecho, que los arqueólogos se enteraron de su existencia recién a principios de la década de los ’90, y sólo porque siguieron el rastro de los saqueadores que descubrieron primero el sitio, tal vez luego de que los agricultores intentaran limpiar el área, según Kovacevich.


Para los ladrones, los principales atractivos eran las masivas máscaras de estuco de hasta tres metros de alto. Descubiertas mientras los saqueadores escarbaban túneles para llegar a la ciudad enterrada, las cabezas alguna vez adornaron varios de los edificios más importantes de Cabeza de Piedra.


El templo, dice Kovacevich, “tendría estas máscaras de estuco realmente fabulosas, pintadas con gran detalle, flanqueando ambos lados de la escalera, que representaban figuras humanas, jaguares gruñendo” y otras formas.


Durante el periodo preclásico, los edificios públicos importantes de Cabeza de Piedra habrían estado pintados principalmente en rojo sangre, blanco brillante y amarillo mostaza, acota Reese-Taylor. Murales de patrones geométricos o escenas mitológicas o de la vida cotidiana habrían cubierto algunos de los edificios, precisa.


Rey de las estrellas

Durante eventos especiales en Cabeza de Piedra, como la coronación de un rey o el nombramiento de un heredero real, “habría habido mucha gente, no sólo las 2.000 personas que vivían en el propio sitio sino también toda la gente de las áreas circundantes; seguramente, miles de personas”, considera Reese-Taylor.


Grueso humo gris y olor a incienso quemado habrían llenado el aire. Alzando la mirada hacia el templo a través de esta neblina, un visitante habría visto “médicos ceremoniales” bailando y haciendo rituales sagrados adornados con complicados vestidos de plumas y joyería de jade.

En los solsticios o equinoccios, la multitud se habría movido más al sur, hacia la parte alta de la ciudad, rodeando los edificios que conformaban el observatorio astronómico. “Durante los solsticios, se habría podido ver al Sol elevándose en línea con la estructura oriental, y la gente común habría pensado que el rey estaba dirigiendo los cielos”, explica Kovacevich.

Los investigadores, empero, están dirigiendo la mirada hacia abajo. Este verano (boreal), esperan empezar a excavar estructuras residenciales y el observatorio, y posiblemente quitarle la maleza al templo principal. Y, utilizando un radar que penetra el suelo, esperan poner aún en mejor relieve a Cabeza de Piedra.


De la misma forma en que el proyecto previo de mapeo vio a través de los árboles y los arbustos, el radar debe revelar a través del suelo no sólo las formas redondeadas de la ciudad sino también el delineamiento de los propios ed
ificios.

sábado, 7 de mayo de 2011

¿ CLAN GUERRERO EN GALICIA HECE UNOS 3000 AÑOS?

Arqueólogos constatan el hallazgo de la única "estela de guerrero" registrada en Galicia, datada en la Edad de Bronce.


Hace tres mil años, los habitantes de la actual Galicia salpicaban una orografía mucho más agresiva agrupados en clanes, que ocuparían territorios similares en tamaño a las actuales parroquias. Empezaban a ser sedentarios y los grupos eran tan numerosos como lo son hoy en día los núcleos de población gallegos. Ya cultivaban y eran ganaderos, aseguran los historiadores. Esta época histórica ha quedado grabada en la piedra. Y por eso, sorprendentemente, existen legados que han sido capaces de traspasar tres milenios y llegar hasta nuestros días.
Un nuevo hallazgo aporta ahora más luz a la Edad de Bronce gallega. El descubrimiento de la primera "estela de guerrero" prehistórica –única hasta el momento en Galicia– en el municipio de Castrelo do Val (Ourense), ha supuesto toda una sorpresa para arqueólogos e investigadores, a pesar de que se conserven varios monumentos funerarios en A Limia.
"La estela está datada en la Edad de Bronce, entre 1200 y 1000 a. C e incluye la representación de una espada, una lanza y un carro", explica el arqueólogo y director de los trabajos, Alberte Reboreda. Hasta el momento, este tipo de estelas solo eran conocidas en un territorio que se extendía en el área extremeña y el suroeste andaluz, o el sureste de Francia y el Sur de Portugal. "A día de hoy solo están catalogadas 116 ejemplares de este tipo de estelas", asegura el experto.
Es, por tanto, la primera vez en la historia de Galicia que aparece grabado un carro y un escudo con escotadura en V de la Edad de Bronce. El identificativo en su momento debió estar alzado, lo que también guardaría relación con el topónimo de lugar: Pedra Alta. En cuanto a su finalidad, los investigadores aún dudan si sería un indicativo de un clan guerrero o de un guerrero solitario o, por el contrario, un indicativo funerario. "No sabemos si podría estar advirtiendo de la presencia de un clan guerrero", responde Alberte Reboreda a esta cuestión. Lo que está claro para los expertos es que este tipo de petroglifos aparecen en lugares de paso como caminos, vías y al lado de ríos. Y que estos "indicativos" servían para representar las "ideologías" de los habitantes.
"La presencia de carros en las estelas del suroeste ha sido valorado desde un punto de vista bélico y social, aunque también como ritual y funerario", aseguran los investigadores.
Sorprendente encuentro
La forma en la que se halló este vestigio histórico es igualmente sorprendente. Fue una familia, propietaria de los terrenos, quien lo puso en conocimiento de un aficionado local a la Arqueología. Éste a su vez, lo comunicó a los arqueólogos Alberte Reboreda y Eduardo Breogán Nieto, que hacían una prospección arqueológica en la zona. Los profesionales contaron la con la colaboración del investigador y arqueólogo del Museo de Pontevedra Antonio de la Peña Santos, experto en petroglifos de la Edad de Bronce. Y estos tres arqueólogos preparan ahora un artículo científico.
Dan a conocer la historia, porque la pieza ya está protegida en dependencias municipales y la dirección xeral de Patrimonio está al tanto, aseguran.
Iconografía
Las dimensiones del vestigio hallado están en 175 centímetros de altura; entre 63 y 70 centímetros de ancho y unos 30 de grosor y, aunque el estado de conservación es buena, han sido dañadas por aperos de labranza. Al parecer, por ese terreno pasaba un camino, que quedó afectado –al igual que la piedra– por una concentración parcelaria realizada en 1973.
La explicación del historiador de Arte y arqueólogo, Alberte Reboreda, es la siguiente: "Los elementos representados en la estela más significativos desde el punto de vista iconográfico son el escudo y el carro", asegura en un escrito. "El escudo aparece representado por medio de tres círculos concéntricos y una abertura en V, con una posible abrazadera horizontal", prosigue. "Este tipo de escudos están presentes en Irlanda, en Dinamarca y Suecia y también en el Mediterráneo, de donde son originarios según varios autores".
Con respecto al carro, con incisiones más finas, son frecuentes en las estelas del área del río Rajo y son una muestra de la interacción de las culturas del Mediterráneo y las que habitaban la península Ibérica en la transición del II al I milenio antes de Cristo. Éste, el de Pedra Alta, "aparece tirada por dos cuadrúpedos", concluye.

martes, 3 de mayo de 2011

PROTECCION PARA EL ARTE RUPESTRE.

Petroglifos de Marín, Vilaboa y Moraña, bienes de interés cultural.

La totalidad de los grabados rupestres prehistóricos de Marín, Vilaboa y Moraña alcanzaron esta semana el máximo grado de protección legal, 16 años después de que la Xunta aprobase una normativa que obligaba a su registro y catalogación. A partir del su publicación en el DOG el pasado viernes, los petroglifos y restos de pinturas milenarias de la Mámoa do Rei, en Vilaboa; la lapa de Gargantáns, en Moraña; y la mámoa de Pedralonga, en Marín, pasaron a esta categoría que reconoce su importancia significativa dentro de la historia del arte y de la cultura de Galicia.

Sin embargo, la propia Consellería de Cultura se va a tener que poner manos a la obra para que esta declaración sea algo más que un mero formulismo en papel. La lapa de Gargantáns, máximo símbolo del concello de Moraña y uno de los pocos menhires encontrados en el noroeste de España, sigue siendo una gran desconocida para la gran mayoría de los gallegos. Su promoción a mayor escala está aún pendiente. La lapa estaba ya protegida por ley autonómica, pero los petroglifos, sobre los que incidió el decreto del DOG son restos de formas geométricas y cazoletas, una especie de agujeros circulares sobre la piedra.
El yacimiento mejor parado de estos tres es el de la Mámoa do Rei. Patrimonio realizó hace varios años una intervención para consolidarla, limpiarla y ponerle un entorno más acorde con su importancia. Su cercanía al área recreativa de Castiñeiras le da aparentemente un mayor grado de conocimiento entre los vecinos, pero pocos son los visitantes al lago que se acercan a este yacimiento.
En la Mámoa do Rei, también calificada como Chan de Castiñeiras I, los arqueólogos han encontrado restos de pintura prehistórica además de grabados rupestres.

El caso más sangrante es la mámoa de Pedralonga. En la relación de yacimientos del DOG, la Xunta reconoce que en sus losas hay petroglifos. En esta ocasión se trata de restos de formas geométricas. Desgraciadamente, ni se pueden observar ni tampoco se han tomado medidas para garantizar su supervivencia. El túmulo de la mámoa y alguna de sus losas fue arrasada por una excavadora cuando la Xunta abrió el vial nuevo que circunda el lago de Castiñeiras. Pese a las promesas, nunca se restauró y hoy es un montón de piedras al lado de la carretera.

domingo, 1 de mayo de 2011

MAS DE MIL CUERPOS DE 4000 AÑOS DE EDAD EN EL MAYOR ENTERRAMIENTO PREHISTORICO.

Una excavación arqueológica ha descubierto en la localidad de Caravaca de la Cruz (Murcia) el enterramiento prehistórico con mayor número de cuerpos localizado hasta la fecha en España.
 El cementerio, de hace unos cuatro mil años, se encuadra en la época de la Edad del Cobre o Calcolítico, y alberga los restos de 1.300 individuos de todas las clases sociales y edades -un 30 por ciento son niños-. Hasta ahora, el mayor enterramiento de la Prehistoria hallado en la Península ibérica era el de San Juan ante Portam Latinam, en la provincia de Álava, con 300 individuos. La particularidad del cementerio de Caravaca es que «está enterrado el cien por cien de la población, lo que destierra la creencia de que sólo los más ricos -aquéllos con ajuar funerario- eran inhumados juntos y nos da la oportunidad de estudiar una población entera, no un sesgo de ésta», explica uno de los arqueólogos responsables de la excavación, Joaquín Lomba, de la Universidad de Murcia.

La excepcionalidad de la muestra encontrada -se estima que están enterrados 400 años de generaciones de un poblado colindante de unas 60 personas- permitirá analizar cuestiones como la edad y la causa de muerte de una aldea prehistórica completa, así como su dieta y diversos rasgos antropométricos. Las universidades de Valencia, Granada y Autónoma y Complutense de Madrid colaborarán en el estudio de todos estos aspectos: «La excavación está concluida, pero nos queda por delante al menos año y medio de trabajo para llegar a conclusiones que se puedan publicar», comenta Lomba, que ha dirigido la excavación junto a los arqueólogos Francisco Ramos y Mariano López, de Arqueoweb. Por casualidad Esta joya para el estudio de la Prehistoria se detectó por casualidad durante la construcción de una promoción de viviendas en el casco urbano de Caravaca de la Cruz, una localidad en la Comarca del Noroeste de Murcia. El cementerio prehistórico era una cueva de unos ocho metros de diámetro en la que los cadáveres se colocaban alrededor de las paredes en posición flexionaba y con los brazos sobre el tórax. Los arqueólogos estiman que los 1.300 cuerpos pertenecen a varias generaciones de un poblado de unos 60-80 miembros localizado cerca del cementerio, «en un cerro elevado sobre el río», precisa Lomba. Además de los restos humanos se han encontrado cadáveres de 50 perros, así como «piezas espectaculares entre los ajuares», en palabras de Lomba, que destaca un punzón de cobre engarzado en un hueso de perro, un puñal metálico de 32 centímetros de longitud, vasijas cerámicas o unas 50 láminas de sílex.

LA NECROPOLIS PREHISTORICA DE LAS CRUCES.

Un estudio de la Hispalense data el yacimiento a final del tercer milenio antes de Cristo

Un estudio elaborado por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla data a finales del tercer milenio antes de Cristo o comienzos del segundo milenio de esta era la antigüedad de la necrópolis prehistórica descubierta en 2006 en dos yacimientos arqueológicos del Coto Minero Las Cruces, donde la empresa Cobre las Cruces explota la mayor mina a cielo abierto de Europa. Esta necrópolis, formada por un total de 38 enterramientos en cista o fosa en los que fueron localizados al menos 51 individuos, tendría parcialmente y según esta investigación "cierta vinculación" con las poblaciones que durante la Edad del Bronce habrían habitado el área occidental de Sierra Morena.

El estudio, titulado Dataciones radiocarbónicas de las necrópolis de la Edad del Bronce SE-K, SE-B y Jardín de Alá, parte de las excavaciones arqueológicas preventivas promovidas en 2006 en los términos municipales de Gerena y Salteras.
Según este informe elaborado por los arqueólogos Mark Hunt, Jacobo Vázquez, Daniel García Rivero y Juan C. Pecero, en el yacimiento SE-B del Coto Minero Las Cruces fueron localizados 12 enterramientos, dos de ellos en cista, con sus correspondientes restos óseos y vestigios de un ajuar formado principalmente por piezas metálicas y de cerámica. En el yacimiento SE-K, en este mismo entorno cercano a la Rivera de Huelva, los arqueólogos descubrieron "26 unidades de enterramiento, con un número mínimo de 39 individuos y con asociación, en algunos casos, de ajuares cerámicos, metálicos y malacológicos". Las tumbas en cuestión habían sido formadas mediante lajas de pizarra (cista), fosas con cubierta de piedra o sencillamente fosas "sin cubierta conservada".

En las excavaciones arqueológicas promovidas en la finca de Salteras Jardín de Alá de otro lado, fue localizado "un cementerio islámico", fondos de cabaña de la Edad del Hierro y una única estructura funeraria "aislada" correspondiente a la Edad del Bronce.

El informe atribuye a las inhumaciones del yacimiento SE-B, en el Coto Minero Las Cruces, "las dataciones más antiguas", correspondientes al final del tercer milenio antes de Cristo, "en el entorno del cambio de milenio". Los 26 enterramientos del yacimiento SE-K, así, serían "inmediatamente posteriores, cronológicamente", y a estas inhumaciones estaría asociada la tumba "aislada" de la Edad del Bronce descubierta en la finca Jardín de Alá. El informe, finalmente, concluye que las inhumaciones prehistóricas del yacimiento SE-K serían "coetáneas" con las 27 cistas funerarias de la Edad del Bronce descubiertas entre 1992 y 1993 en la finca La Traviesa, en Almadén de la Plata (Sevilla), y con "la fase antigua" del poblado de El Trastejón, en Zufre (Huelva). Los ajuares de estas inhumaciones, especialmente las piezas de cerámica, tendrían además "cierta vinculación con las tradiciones de la Edad del Bronce de la Sierra Morena Occidental, suponiendo una de sus manifestaciones más orientales".