El Yacimiento de Cabezo de Alcalá, en la Turolense Villa de Azaila,
es uno de los grandes desconocidos de nuestro pais pese a la enorme
importancia que tuvo y la informacion que ha aportado sobre la vida en
una ciudad Ibera posteriormente Romanizada. Su desarrollo como gran
poblamiento de toda la zona y su triste final al ser arrasada por las
tropas de Pompeyo le confieren un especial significado que sorprende al
visitante, que no espera encontrarse en una zona tan despoblada, un
Yacimiento de ese tamaño, con su trazado urbano perfectamente conservado
y donde es posible todavia imaginar como en ningun otro sitio, la vida
de los pueblos y las gentes de aquella época.
Este es posiblemente el nombre con el se
conocía a los restos que hoy podemos ver en Azaila. Por el pasaron
diversos pueblos, gracias a las investigaciones de M. Beltrán, se
reconocen varias fases de ocupación: La primera, preibérica, desde el
550 a.C.; y la segunda, ibérica tardía hasta su destrucción entre el 75 y
el 72 a.C. en el contexto de las guerras sertorianas. Queda descartada,
por tanto, la teórica destrucción del asentamiento en el año 49 a.C.,
tras la batalla de Ilerda. La ciudad tiene su origen en el siglo IX
antes de Cristo, en la llamada Edad del Bronce Final, y su declive llegó
durante las Guerras Civiles romanas, entre los años 80 y 76 antes de
Cristo.
Sedeisken tuvo una enorme importancia en
el territorio de los Sedetanos, pueblo Ibérico que englobó otras
localidades del Valle Medio del Ebro como Alaun (Alagón), Damainu,
Lakine e Ildukoite, se cree incluso que pudo ser la capital o centro mas
importante del Pueblo Sedetano.
Un violento Final
La arqueología ha constatado que la ciudad de Sedeisken tuvo un
trágico final, al terminar sus días arrasada, tras un feroz ataque por
las tropas de Pompeyo, que tras rellenar el foso que defendía la ciudad,
y utilizando poderosas máquinas de asalto, derribó su muralla y
permitió la entrada de las fuerzas sitiadoras que destruyeron la
población partidaria de Sertorio, en las llamadas Guerras Sertorianas.
El Yacimiento de Cabezo de Alcalá
Los Arqueologos han identificado tres Ciudades I, II y III.
El origen de la
Ciudad I, de la que apenas se conservan restos, se relaciona con la
llegada de gentes de cultura hallstáttica, de clara filiación indoeuroea
y se extendería desde el siglo VII a.C. hasta la segunda guerra púnica
(218 a.C.). Con esta primera etapa se vincula una extensa necrópolis de
túmulos situada al pie del cabezo.
La ciudad II se
construyó sobre la ciudad anterior con un esquema urbanístico distinto
en un momento de plena iberización extendiéndose a lo largo de la
acrópolis y rodeada de un recinto amurallado con acceso por la vertiente
sur del que se conserva el anillo superior.
La ciudad III,
visible en la actualidad, se edificó sobre las ruinas de la anterior y
su urbanismo está claramente sometido a influencias itálicas como
demuestran la presencia de un templo “in antis” de planta clásica, un
edificio termal, viviendas domésticas de atrio central y otros
importantes hallazgos muebles como restos de un grupo escultórico en
bronce, el llamado Toro de Azaila.
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